“El nacimiento de mi segundo hijo me hizo descubrir una cultura de la cual vivo enamorada. A partir de ese momento mis estructuras mentales de perfección, sufrieron el mayor estado de incomodidad y ver como cada una de ellas se desestructuraban, fue doloroso. Hasta ese instante creía que era feliz manteniéndome en mi zona de confort, entre la igualdad y la equidad, sin embargo el proceso que viví realmente me llevó a la libertad absoluta. Me encontré inmersa en la Cultura Sorda, en un mundo paralelo donde se habla con la lengua del alma, la Lengua de Señas, con ella nos enriquecemos a diario, es un viaje de aculturización e intercambio con mi cultura oyente en la formación de mi hijo”.

María Isabel estrada, mamá de adolescente Sordo.

“Soy mamá de Anahí de 7 años, cuando me entere que mi hija era sorda tenía 2 años, fueron sentimientos encontrados, porque surgieron miedos y preguntas ¿Qué haré? ¿Cómo la ayudo? ¿Cómo me comunicare con ella?… y un sinfín más. Con el tiempo fuimos aprendiendo la Lengua de Señas, como madre he aprendido sobre la cultura sorda y encuentro que es una reestructuración de todo el conocimiento que una tiene al ser espectador. Al saber ambas la lengua de señas nos hace cómplices de una misma lengua, cómplices en el sentido que ella me puede entender y yo a ella, y también que podemos hablar en secreto sin que nadie se entere, compartir todo lo que ella aprende a diario y a la vez enseñarme nuevas señas nos ha unido más como madre e hija”.

Jenibeth Berna, Mamá de niña Sorda.